miércoles, 16 de junio de 2010


Lloré hasta sentir las lágrimas secarse en mis dedos. Lloré hasta respirar hondo y darme cuenta de que ya nadie me hacía bien. Lloré hasta entender que estaba sola y desprotegida en este lugar. Lloré hasta perder la conciencia y sentirme completamente inútil. Lloré, porque comprendí que nada era capaz de hacerme sentir viva y, hasta a veces, poder arrancarme una sonrisa; nada podía ser tan sorprendente y real al mismo tiempo. Lloré porque sentí tu ausencia, esa que hasta hoy nunca había sentido, y por fin logré darme cuenta de que en realidad, aunque me cueste aceptarlo, no es culpa de nadie ni de nada lo que me sucede. Lloré, porque por primera vez en mi vida me sentí realmente sin apoyo, sin amigos, ni nadie a quien recurrir cuando la soledad corta mis palabras y ahoga mi respiración, gozando una dulce venganza de mis errores y tropiezos. Y fue así como me ví de nuevo en esta habitación tratando de recordarte, recogiendo los pedazos de tu boca, armando de a poco tu risa y sepultando otras voces, para poder entre ellas distinguir tus susurros; y sin querer entenderlo, cuando ninguna de las fichas encajaba, entendí que te había perdido y que además, había olvidado tantos sueños y tantos recuerdos felices. Lloré, porque sólo tenía viejos recuerdos, algunas imágenes borrosas de las que casi no distinguía tu lejana y triste mirada. Lloré hasta creerme feliz por un instante, hasta que sin motivos empecé a reír sin parar, sin llegar a entender completamente que estaba haciendo. Lloré hasta verte al lado mío, secando con tanto amor mis lágrimas, tratando de aliviar mí llanto. Lloré, porque de alguna manera me estaba resignando a seguir cada minuto y cada segundo sin tu compañía. Lloré porque creía sentirme fuerte y comprendí que tú me dabas esa fuerza capaz de hacerme sentir el aire rozar con mis labios; lloré porque nunca te diste cuenta de que todo lo que hacía era solamente por tí, porque nunca sentí que mi esfuerzo era suficiente para que te sintieras orgulloso de mí. Lloré, porque vivía cada día sin vivirlo, creyéndome feliz, convenciéndome de que todo lo que hacía estaba bien. Vivía sólo para entregarte miradas, mis energías, mi vida en un segundo y poder sonreír al saber que te quedarías sólo por mí. Y después de eso, volví a entender que cada cosa que hacía era inútil, que a nadie le importaba verdaderamente lo que hacía o dejaba de hacer. Y lloré, para descargar de una vez por todas, todo el dolor que me ocasionaba sentirme tan poca cosa, de pronto me había olvidado de cómo era sentirse orgullosa de una misma, lloré porque te extrañaba y no podía hacer nada para recuperarte. A pesar de mis intentos siempre hay algo que supera mis fuerzas y me derriba haciendo caer una y otra vez de la misma forma, en el mismo lugar, lastimando mi dignidad. Fue así, que al saber que te habías ido perdí todas las ganas de seguir; tal vez me acostumbre demasiado a tenerte cerca y a que me transmitieras cada día un poquito de tu filosofía, porque de cada día hacías una historia diferente. Antes de que llegaras no confiaba en nadie, ni siquiera en mí, y la verdad es que siempre supe que algún día te iba a perder, porque lo bueno nunca dura mucho (al menos para mí) y lloré como tantas otras veces, a escondidas, para no defraudarte. Lloré, porque te necesitaba más que nunca, más que siempre y la noche apenas comenzaba.

lunes, 7 de junio de 2010


" Quizá esto no es la cosa más bonita que he escrito en el mundo, pero es una de las cosas más sinceras que escribiré jamás. ¿Sabes? yo no tengo mucha experiencia en hombres de más de una noche... Quiero decir, que jamás me he involucrado en una relación porque me da miedo. Soy una mujer valiente para algunas cosas, pero no para todo. Me es muy difícil escribir esto sabiendo que vas a leerlo y que lo más probable es que no obtenga respuesta, pero lo estoy intentando. Claro, que tú debes estar harto. Llevo intentándolo desde que nos conocimos. La he fastidiado tantísimas veces...

Y ahora leo los mensajes y me doy cuenta de que tenía toda la pinta de ser el principio de una historia preciosa. Y no lo fue por mi culpa. No vengo a pedirte una segunda oportunidad. Ya me la diste y lo volví a estropear. No vengo a pedirte perdón, porque -la única dañada en esta historia he sido yo.- Sólo quiero contarte, aunque probablemente ya no te interese, que no soy así, no soy la mujer que has visto todo este tiempo. No soy manipuladora, ni celosa, ni protectora, ni dependiente. No soy nada de eso, aunque hasta ahora te haya enseñado todo lo contrario. No sé qué me ha pasado contigo, me encantaría saberlo porque quizá así comprenderías mis actos, quizá así me entenderías.

A partir de ahora conocerás a otras mujeres, y aunque yo jamás me perdonaré haberme dedicado a perderte, realmente -espero que te valoren y os rocéis al menos con la mitad de la pasión con la que nos hemos rozado tú y yo.- Me hubiera encantado quererte un poco, lo justo para que tú me quisieras.

Ojalá yo hubiese sido la mujer de tu vida... "

Ves porqué estoy mal de la cabeza? - rió ella, alzando la copa de whiskey - Porque siempre fui la que disfruta de cada una de las locuras que la vida tenía reservadas para mi. Vivo entre botellas de vodka, tacones altos y besos que no siento. Y daría mil argumentos para morir ahora mismo pero, querido desconocido, aquí a tu lado, con este whiskey barato y tu mano en mi culo, tengo mil y un argumentos para seguir viviendo. Más que los que tengo para dejar de hacerlo.



Y respirar tan fuerte que se rompa el aire ...


Últimamente me duermo con las palabras que no te he dicho gritando en mi garganta. ¿Tu culpa? ¿La mía? Quizá la de los dos. La tuya por hacer que mi vida parezca una montaña rusa. Y la mía por no saber pararte los pies. No sé. No sé. No sé. Y sigo sin saber. Una de tus sonrisas indiferentes y vuelvo a caer.

♥ ♡ ♥ ♡ ♥ ♡

Por las buenas soy muy dulce, pero por las malas soy una gran hija de puta.
No me tientes.


Y fue entonces, justo entonces, en aquel preciso momento. Cuando de repente me di cuenta de que, a no ser que algo cambiara en seguida, iba a llevar una vida en la que mi relación más importante sería la que estaba manteniendo esa misma noche, con aquella botella de whiskey.

. . .. . .. . . . . . .. . .

Por mi te puedes ir a la china en un cohete.. ♥

¿Quieres irte? Vete. Pero puede que cuando vuelvas ya no me tengas para cuando te apetezca echar un polvo. No porque no te vaya a querer, sino porque no voy a querer quererte.

- - - -- - -- -- - - --

Soy una yonkie de la felicidad. :)

Recicla. Da. O por miedo tener un poco menos de lo que tienes te quedaras sin nada. Ya no volveras a sentir, ni a reir, ni a llorar, ni a saltar, ni a gritar, ni a escribir, ni a cantar, ni a disfrutar, ni a ver, ni ser, ni dar, ni a recibir, ni a oler, ni a amar, ni a sonreir, ni a ser feliz, ni a tocar, ni a saborear, ni a escuchar, ni a nada. ¡REACCIONA!


Cuando solo puedo verte a ti entre tanta gente

Hay un punto en tu vida, en el que te das cuenta: quién importa, quién nunca importó, quién no importa más, y quién siempre importará. De modo que no te preocupes por la gente de tu pasado, hay una razón por la que no estarán en tu futuro.


-He perdido la cabeza por ti, lo único que hago es pensar en ti y quiero pasar el resto de mi vida contigo.


♥ ♡ ♥ ♡ ♥ ♡


Es extraño pensar que la gente pueda enamorarse y desenamorarse, que el amor pueda convertirse en odio, que las personas que te amaban sean las que más daño puedan hacerte...

. . .. . .. . . . . . .. . .

El peor de todos los pasos es el primero, Siempre. Cuando estamos listos para una decisión importante, todas las fuerzas se concentran para evitar que sigamos adelante... Ya estamos acostumbrados a esto, es una vieja ley de la física. Concentremos la energía extra y así conseguiremos dar el primer paso.
Después...
Después el camino mismo ayuda.


" No pierdas nunca la esperanza, que en esta vida puta hay épocas mejores y épocas peores. Y sea como sea hay que vivirlas a tope. Que la vida son dos días y uno no para de llover. Pero aun lloviendo hay que coger el primer paraguas que pilles y salir a reír, a saltar, a disfrutar, a hacer de tu vida un sueño, un buen sueño del que aunque algún día tengas que despertar, habrá sido un sueño que mereció la pena soñar.



Puedo presumir de poco porque todo lo que toco se acaba rompiendo. Y siento sentir que no te siento y creo que te estoy perdiendo. Pero en fin, es lo que pasa cuando te enamoras de la vida y ella no te corresponde. Que si, que si, que dicen que es como un espejo, que si le sonríes te devuelve la sonrisa. Pero no es verdad, porque como le sonría un poco más me voy a morir de la risa antes de que le de tiempo a reaccionar..

. . . .. . . . . . . .. .

No uses a tu favor mi debilidad. Porque sabes que si me sonries, caigo de nuevo en la incertidumbre de perder cada uno de los motivos por los que me alejé de ti. No seas desleal. Quédate ahí, inmóvil, como siempre. Quédate inmóvil, pero completamente, sin usar siquiera las palabras, las miradas induciendo a la confusión. Quédate ahí, junto a tus miedos inmaduros, junto a tu grata certeza de saberte ajeno a los peligros que podría acarrearte el enamoramiento.